Los Juicios

Introducción

¿Cuántas veces en tu trabajo, en tu vida familiar, con tus compañeros has expresado un juicio, o mejor, cuántas veces en tu vida has expresado “mi jefe no es un buen líder”, “la empresa no es un buen lugar para trabajar”, “este lugar no es bueno para mí”?

“La empresa es deficiente”. “La gente no tiene orientación de servicio”. “El equipo no está comprometido”.

¿Qué hay de verdad en estos enunciados?

¿Cómo afectan mi percepción de la realidad?

¿Cuál es la realidad?

Como estos enunciados hay muchos en nuestra vida en los diferentes sistemas en los que nos desempeñamos, familiar, el de pares, el de pareja, el empresarial. Oímos o decimos expresiones como “es una mala persona”, “es una mala mujer”, “es un mal esposo”, “es un mal líder”, “es una mala empresa”, “es bonita pero poco inteligente”, “no es guapo, es millonario”.

Según Shani, ser prejuicioso restringe tus percepciones, provoca que te concentres más en lo que no es que en lo que es, en lo que tú no eres lo suficientemente bueno y tampoco los demás.

¿Te gustaría conocer con qué criterio te juzgas y juzgas a los demás?

¿Te gustaría conocer con qué aspectos de ti mismo estás siendo más prejuicioso?

Te invito a conocer más sobre este tema a fin de que encuentres tus propios juicios.

Juicios

Juicio, según el diccionario, es un pensamiento en el cual se afirma o se niega algo. Para Echeverría, en su obra “Ontología del Lenguaje”, los juicios son veredictos y tienen un efecto creador de realidad como las declaraciones. Si declaro independencia esto crea esa realidad. Yo juzgo que vivimos en independencia. Eso crea una realidad desde mi percepción. Por lo tanto, un juicio tiene poder.

La validez en los juicios dependerá en gran nivel de quien hace la interpretación. Por otro lado, los juicios son una declaración especial, su valor social reside en la autoridad que tengamos para hacerlo. Si un juez da su veredicto, ese juicio tiene valor por la autoridad formal que acompaña a esa autoridad. Si un líder formal expresa un juicio sobre el desempeño de un colaborador, ese juicio tiene valor por la autoridad que acompaña a ese líder. Sin embargo, las personas hacemos juicios sin necesidad de ser una autoridad formal cuando comunicamos nuestras opiniones a los demás, y esto les da a las personas que nos escuchan la opción de aceptar o descartar nuestro enunciado dependiendo de la autoridad que nos han otorgado.

En función a tradiciones del pasado, los juicios también pueden ser fundados e infundados. Cuando emitimos una valoración sobre una persona, dicho juicio se vuelve un componente importante de su identidad. Una similar situación pasa con la empresa, con la ciudad, entre otros. Por ejemplo, “Guayaquil es una ciudad cálida”, “Quito es una ciudad de tradición”. “Pedro es un gran trabajador”. “Pablo es un buen líder”.

Los juicios también nos pueden anticipar lo que puede suceder en un futuro ya que fueron pronunciados sobre la base de un pasado. Si la empresa en el pasado fue corrupta, el juicio será que la empresa es corrupta y por tanto en el futuro, se presupone, la empresa hará cosas corruptas.

Similar situación sucede con las personas, si la persona cometió en el pasado un error por ello se emite un juicio de que es mala o ineficiente y lo que esperaremos son acciones futuras poco eficientes de su parte.

Si por una experiencia del pasado con su primer hijo decimos que María es una mala madre, y si está a punto de traer al mundo a su segundo hijo, ¿qué calidad de rol como madre auguramos para esta ocasión?

Si un ejecutivo atraviesa por un impase o genera una inconformidad con la empresa de la que acaba de desvincularse, es posible que se emita una referencia laboral inadecuada sobre él. ¿Qué pasaría entonces con el futuro de ese ejecutivo en la búsqueda de una nueva opción?

Al parecer los juicios nos permiten movernos hacia el futuro con un grado menor de incertidumbre ya que se emiten con fundamento en el pasado, y por ello, pareciera que el pasado es el consejero del futuro al provocar una predicción o videncia. ¿Cuánto de tu vida se ha decidido por este tipo de juicios?

¿Cuántas veces en tu vida has sido víctima de juicios infundados que han dificultado tu gestión futura?

¿Cómo podemos encontrar el camino a la libertad de nuestros propios juicios y de los juicios de los demás sobre nosotros?

Si decimos que la persona tiene una capacidad de aprendizaje, aquello que le permite modelar sus pensamientos para generar una nueva realidad, entonces esta especie de vidente llamado juicio perderá autoridad.

¿Acaso el aprendizaje no permite enrumbar el futuro en un sentido diferente a lo ocurrido en el pasado?

Si en el pasado me quemé la mano y por ello generé un juicio hacia mi persona como una persona descuidada, cuando me vuelva a encontrar con fuego recrearé el acto de quemarme ya que ahora me valoro como alguien descuidada. Quizá el aprendizaje del dolor que me causó la quemadura no permita que el fuego vuelva a quemarme la mano.

Lo maravilloso del aprendizaje es la capacidad de desafiar nuestros propios juicios.

¿Qué juicios estás teniendo de ti ahora mismo?

“Soy un mal líder”, “tengo poca capacidad de escuchar”, “soy un fracasado”, “soy desenfocado”, etc. Estas ideas sobre mí mismo cierran muchas posibilidades en la vida y me hacen dar autoridad a mi yo para así dar valor a estos juicios o, incluso, dar autoridad a otra persona para que emita esos juicios, perdiendo así posibilidades de generarme un presente y un futuro diferentes.

Si esto sucede deberás preguntarte entonces dónde está tu capacidad de inventar, de crear nuevas cosas, nuevas acciones y nuevas prácticas.

¿Cómo el futuro puede ser diferente de nuestro pasado si damos larga vida a los juicios?

¿Cuál es el secreto para crear una nueva realidad a través de los juicios si ellos parecieran ser un elemento constante en la vida?

Sólo a través del aprendizaje de que los juicios tienen un tiempo limitado de existencia y pueden ser sometidos a una revisión en cualquier momento y de manera constante, damos una oportunidad a revisar y diseñar nuestra estrategia, es decir, revisar una nueva forma de pensar, y por tanto, de sentir, de hablar y, finalmente, de actuar.

Debes evitar convertirte en un esclavo de los juicios si quieres reinventarte y comprender que puedes crear nuevas realidades a través de tus pensamientos.

Al estar ligados a un fenómeno social, los juicios también pueden abrirte o cerrarte posibilidades en el relacionamiento; un juicio positivo abre posibilidades, uno negativo con seguridad traerá conflicto.

La distinción entre afirmación y juicio también es muy valiosa al momento de interrelacionarnos. En el ámbito de las relaciones interpersonales es importante usar bien las distinciones para poder comunicarnos y generar un mayor relacionamiento. Una afirmación es una realidad, un juicio es una percepción, no una realidad. Hacer esta distinción facilita mucho la comunicación.

Por ejemplo, si digo que está lloviendo, esta es una afirmación. Si otra persona mira por la ventana y encuentra que llueve, eso se vuelve una realidad. Si digo que el día es frío y los demás lo entienden como afirmación, entonces quizá haya conflicto ya que dependerá de la percepción de cada persona.

Luego de lo aprendido, cada vez que vayas a emitir un juicio sobre otra persona o, quizá aún más relevante, sobre ti mismo, deberás tomar en cuenta lo que proyectas al futuro cuando lo emites.

Los juicios también revelan quiénes somos. Al emitir juicios ellos hablan más fuerte de ti mismo que del objeto o persona a quien te refieres.

Para el Coaching ontológico los juicios son una ventana hacia el alma ya que revelan lo que está en el corazón, a saber, las emociones, tal como aprendimos en nuestro taller “El GPS de tu vida”.

Los juicios también son el origen del sufrimiento humano, del llamado dolor del alma, dolor que no tiene que ver con lo biológico sino con el ámbito espiritual.

Lo expuesto nos abre la posibilidad de intervenir el sufrimiento humano desde su raíz, es decir, desde los juicios. Si el sufrimiento viene desde un juicio negativo sería de mucho valor erradicar esos juicios. Si el juicio tiene fundamento entonces el sufrimiento generado servirá para el aprendizaje, oportunidad desde donde se abren posibilidades de cambio.